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Una corriente en chorro es un flujo de aire relativamente fuerte e intenso, con cizalladura vertical y horizontal asociada, que se produce en las atmósferas de algunos planetas, incluyendo la Tierra.[1]
En la Tierra, según la Organización Meteorológica Mundial,[2] una corriente en chorro es «una fuerte y estrecha corriente de aire concentrada a lo largo de un eje casi horizontal en la alta troposfera o en la estratosfera, caracterizada por una fuerte cizalladura vertical y horizontal del viento. Presentando uno o dos máximos de velocidad, la corriente en chorro discurre, normalmente, a lo largo de varios miles de kilómetros, en una franja de varios centenares de kilómetros de anchura y con un espesor de varios kilómetros».
Las principales corrientes en chorro de la Tierra están localizadas cerca de la tropopausa, la transición entre la troposfera (donde la temperatura decrece con la altitud) y la estratosfera (donde la temperatura crece). Se trata de vientos occidentales (que viajan de oeste a este), tanto en el hemisferio norte como en el sur. Su camino tiene normalmente una forma serpenteante; las corrientes pueden detenerse, dividirse en partes, luego combinarse en una sola corriente o seguir varias direcciones, incluso opuestas a la dirección principal de la mayoría de las corrientes. Las corrientes más fuertes son las polares, ubicadas en torno a los 7 a 12 km sobre el nivel del mar, y las corrientes subtropicales más altas y más débiles, alrededor de 10 a 16 km.
Tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur existe una corriente en chorro polar y subtropical. En el hemisferio norte la corriente viaja sobre las latitudes medias y norteñas de Norteamérica, Europa y Asia, y sus correspondientes masas de agua, mientras que en el hemisferio sur la corriente polar se sitúa la mayor parte del año sobre la Antártida. Existe una quinta corriente en chorro, la ecuatorial, que se desplaza de este a oeste.
Las corrientes en chorro están causadas por una combinación de la rotación del planeta sobre su eje y el calentamiento atmosférico debido a la radiación solar y, en algunos planetas, entre los cuales no se encuentra la Tierra, el calor interno. Las corrientes en chorro se forman cerca de masas de aire que, siendo adyacentes, registran diferencias significativas de temperatura, tal y como sucede en las regiones polares y en las zonas cálidas del ecuador.[3]
Los meteorólogos emplean la localización de algunas de esas corrientes en chorro como una ayuda para realizar sus predicciones meteorológicas. La principal aplicación comercial de las corrientes en chorro se da en la aeronáutica, dado que el tiempo de vuelo de un avión puede variar muy significativamente si se realiza a favor o en contra de una corriente en chorro. También tienen relevancia las llamadas turbulencias de aire claro, que se asocian a la proximidad de una corriente en chorro y que son un peligro potencial para la seguridad de la aviación comercial. Una aplicación futura de las corrientes en chorro podría ser su uso para la generación de energía mediante aerogeneradores.
Existen otras corrientes en chorro. Durante el verano del hemisferio norte se pueden formar corrientes en las regiones tropicales en las que el aire seco se encuentra con aire húmedo en grandes altitudes. El centro de los Estados Unidos es una región típica de desarrollo de corrientes de nivel bajo.